Rodéate de personas que suman
En la vida y en el deporte, hay algo que tarde o temprano aprendemos: no todas las personas que dicen estar a tu lado realmente lo están. Algunas aparecen solo mientras les sirves a sus intereses, y cuando ya no les resultas útil, te dan la espalda sin pensarlo. Por eso es vital aprender a distinguir entre quienes suman de verdad y quienes solo desgastan.
Las amistades y los apoyos valiosos casi nunca hacen ruido. No necesitan proclamar su lealtad, porque lo demuestran con hechos. Son esas personas que permanecen en silencio, que están cuando más lo necesitas, y que, sin buscar reconocimiento, hacen mucho más que cualquier palabra bonita. A esas personas hay que cuidarlas y valorarlas.
Este principio también aplica en el fútbol femenil. En un entorno donde todavía faltan referentes claros, muchas jugadoras y familias se dejan llevar por discursos vacíos de quienes se presentan como “expertos” o con “años de experiencia”, pero que en realidad repiten los mismos errores de siempre. No forman, no construyen, solo buscan aprovechar oportunidades y colgarse de un movimiento que todavía está en crecimiento. Eso es oportunismo, no compromiso.
Por eso, las jugadoras deben estar alertas, y los padres aún más. Ellos son los auténticos tutores y responsables de sus hijas, y deben asegurarse de que el camino deportivo de ellas esté guiado por gente preparada, honesta y profesional. Porque así como sería impensable que alguien usurpe el título de médico —un delito, por el riesgo que implica—, también debería ser inaceptable que cualquiera se asuma como entrenador sin la preparación ni la ética necesaria para orientar a niñas y jóvenes.
En el fútbol y en la vida, no se trata de cuántos te aplauden, sino de quiénes caminan contigo en silencio y con hechos.