La falta de planificación y visión: El mayor bloqueo del fútbol femenil en Guanajuato

El fútbol femenil en Guanajuato no carece de talento. Carece de algo más grave: planificación, visión y responsabilidad institucional. Año con año, decenas —cuando no cientos— de niñas y jóvenes con condiciones sobresalientes desaparecen del radar deportivo estatal. No porque abandonen el deporte por falta de pasión, sino porque el sistema nunca estuvo diseñado para sostenerlas, guiarlas y proyectarlas.

La ausencia de un modelo serio de detección, seguimiento y proyección del talento femenino ha convertido los procesos estatales en simples trámites administrativos. Procesos apresurados, mal comunicados y estructuralmente deficientes, que lejos de desarrollar jugadoras, las eliminan prematuramente. En este contexto, tanto la Comisión del Deporte del Estado de Guanajuato (CODE) como la Asociación Estatal de Fútbol han dejado de ser facilitadores del desarrollo para convertirse, por omisión, en copartícipes de un bloqueo sistemático.

Este artículo no busca señalar personas, sino analizar un modelo fallido y sus consecuencias directas en el fútbol femenil del estado.

El problema de fondo: no existe un organismo seleccionador real

En los estados que han logrado consolidar procesos femeniles competitivos, existe una figura clave: el organismo seleccionador. No se trata solo de elegir equipos para competir, sino de:

  • Detectar talento con anticipación

  • Dar seguimiento multianual

  • Garantizar continuidad de procesos

  • Preparar a las jugadoras para escenarios de alta exigencia

En Guanajuato, esta figura no existe de manera funcional. No hay un cuerpo técnico estatal permanente, calificado y evaluado, responsable del desarrollo del talento femenil. En su lugar, se opta por el esquema más barato y rápido: eliminatorias municipales y regionales que funcionan como filtros de descarte, no como procesos formativos.

Esta ausencia provoca que cada año se empiece desde cero, desperdiciando avances, cortando procesos y condenando a muchas jugadoras a la informalidad deportiva.

Eliminatorias apresuradas: competir por cumplir, no para competir

El formato actual de clasificación a la Olimpiada Nacional en Guanajuato evidencia la falta de visión estratégica:

1. Etapa municipal

Se obliga a los municipios a organizar eliminatorias internas o selectivos improvisados. Desde aquí surge el primer problema:

  • Se separan jugadoras por intereses particulares

  • Se privilegia la estructura del club, no el talento

  • Se generan divisiones innecesarias

Muchas jugadoras quedan fuera simplemente porque su municipio no inscribe equipo o porque no pertenecen al grupo “correcto”.

2. Etapa regional

El estado se divide en regiones. En teoría, un formato lógico; en la práctica, un reflejo de la mala convocatoria. Ha habido regiones con solo dos equipos inscritos, lo que deja en evidencia la falta de difusión, planeación y acompañamiento.

Clasificar sin competir no es desarrollo; es simulación.

3. Etapa estatal

Ocho municipios disputan el pase nacional. Sin embargo, incluso aquí aparece una contradicción absurda: si el entrenador no cumple con los requisitos exigidos por la Olimpiada Nacional, un comité organizador impone un cuerpo técnico.

Esto demuestra que:

  • Nunca se revisaron perfiles desde el inicio

  • No existió una planeación integral

  • El proceso se diseñó al revés

El absurdo mayor: no invertir en entrenadores, pero sí imponerlos

La paradoja es clara. Si desde el inicio se requiere un cuerpo técnico con cierto perfil, ¿por qué no:

  • Evaluar entrenadores desde la etapa municipal?

  • Designar un cuerpo técnico estatal avalado?

  • Pagarlo con recursos públicos bajo un proyecto serio?

La respuesta es simple: no se quiere invertir.

La opción más barata siempre será eliminarse entre municipios, cumplir con el requisito administrativo y “participar”, aunque se sepa de antemano que el equipo no competirá con garantías reales en fases nacionales.

Esto no es ahorro.
Es desperdicio de talento.

El costo invisible: talento que se pierde para siempre

Bajo este esquema, las consecuencias son profundas:

  • Jugadoras talentosas quedan fuera por una eliminación temprana

  • No existe seguimiento longitudinal

  • No hay segundas oportunidades

  • Se normaliza la deserción deportiva

El desarrollo deportivo no puede depender de un partido mal jugado, de un sorteo regional o de una convocatoria mal difundida. El talento necesita tiempo, contexto y continuidad, tres elementos ausentes en el modelo actual.

La responsabilidad compartida: CODE y la Asociación Estatal

Sería injusto cargar toda la responsabilidad en un solo organismo. La Comisión del Deporte y la Asociación Estatal de Fútbol han operado bajo una lógica de mutua complacencia:

  • CODE delega el proceso técnico

  • La Asociación ejecuta sin visión

  • Nadie asume el liderazgo real

La Asociación de Fútbol de Guanajuato ha demostrado en múltiples ocasiones su incapacidad de convocatoria en el sector femenil. Un ejemplo claro son los campeonatos nacionales avalados por la Federación Mexicana de Fútbol, recientemente:

  • Categoría Sub9 femenil: solo dos equipos inscritos, ambos del mismo municipio

  • Categoría Sub11 femenil: cuatro municipios registrados, tras un proceso lleno de inconsistencias, dos de ellos del mismo municipio.

Cambios constantes en fechas, registros y criterios, siempre en beneficio de intereses particulares, terminan por desalentar la participación y debilitar la credibilidad del sistema.

“Cumplir” no es desarrollar

Hoy, frente a una nueva convocatoria a Olimpiada Nacional, deslindarse de responsabilidades o justificar cambios estructurales resulta incoherente. Las modificaciones de categorías, los procesos acelerados y la falta de inversión son consecuencia directa de una política de corto plazo.

El deporte femenil no necesita más simulaciones. Necesita:

  • Proyectos avalados institucionalmente.

  • Inversión pública en entrenadores calificados.

  • Procesos multianuales.

  • Evaluación constante.

Mientras esto no suceda, Guanajuato seguirá participando solo para cumplir, no para competir.

¿Existe una alternativa real?

Sí. Y no es nueva.

Un modelo estatal serio implicaría:

  • Un cuerpo técnico estatal permanente, pagado por el estado.

  • Detección y seguimiento anual del talento.

  • Concentraciones periódicas.

  • Participación en torneos federados y élite.

  • Eliminación de filtros prematuros.

Esto permitiría que las mejores jugadoras lleguen en su mejor momento, no sobrevivientes de un sistema eliminatorio.

El fútbol femenil en Guanajuato no fracasa por falta de talento. Fracasa por falta de decisión política y deportiva. Mientras no se entienda que invertir en entrenadores, planificación y seguimiento es más rentable que ahorrar unos pesos en eliminatorias mal diseñadas, el estado seguirá perdiendo generaciones completas.

La verdadera pregunta ya no es si hay talento, sino quién está dispuesto a asumir la responsabilidad de desarrollarlo.

Fuentes de consulta

  • Federación Mexicana de Fútbol (FMF). Programas de desarrollo y competencia femenil.

  • CONADE. Lineamientos generales de la Olimpiada Nacional.

  • FIFA (2023). Women’s Football Development Programme.

  • UEFA (2022). Long-Term Player Development in Women’s Football.

  • Bailey, R. et al. (2010). Talent Development in Sport. Routledge.

  • Côté, J. (1999). The influence of the family in the development of talent in sport. The Sport Psychologist.

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